23 de agosto de 2013

Romero


El adorable evento rutinario de caminar, hoy se hizo presente. Como ayer, hoy, mañana quizás.
Caminó siguiendo los pasos de ayer. Pasos que solo dejaban dos huellas esta vez.  Entre un ágil andar y rítmicas zancadas, el silencio fue la siguiente pista. El increíble escenario se produjo al dar vuelta la esquina, Republica, Romero, un árbol vestido de invierno y un sol crepuscular; saludaba entre las ramas. Helical.

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