Algún día me detendré, mirare atrás y notare; lo fatídico, onírico
y fantástico por lo cual he andado. Cuando me pregunte, esa vez que dije “para
siempre” mirar, y ya no está a mi lado. Si el “te amo” lo porta otra persona,
que quizás también le he tatuado un “para siempre”.
Cuando cierre mis ojos, mi mente enganche a mis recuerdos y
ellos me transporten a mi día “D” que algún momento viví. Donde compartí un vagón,
estaciones, hasta el suelo del metro improvisando un cómodo asiento con la que hasta el día de hoy es anónima.
Algún día me detendré, mirare atrás y espero sonreír.